sábado, 22 de marzo de 2008

Esperando...

Bueno, pues ya casi está pasada la semana santa. Y yo en Sevilla, y casi sin enterarme (a cualquiera que se lo diga no se lo cree), con la que se monta en esta ciudad en esta semana.
Yo creo que esta fiesta le viene a esta ciudad como anillo al dedo, tanto a la cuidad como a sus gente.
Según mi punto de vista, la semana santa sevilla es un reflejo de su gente, me explico;
la semana santa donde más se celebra es en el centro. Tu vas al centro cualquier día de esta semana y lo que te encuentras es, un cacao que te cagas para acceder, tanto andando como con coche (que a la mayoría de los sitios es imposible estos días), como con transporte público, que vete a saber donde te deja. Una vez que estás allí ves a la gente que participa en las procesiones y flipas, tanto a la que participa activamente siendo parte de ellas, como a la gente que pasa horas y horas esperando que pase un "paso delante de ellos". La gente en sevilla se va a vivir las procesiones en directo igual que si tuvieran que pasar por la alfombra roja de Hollywood. Los hombres con unos trajes alucinantes, engominados, repeinados..., y las hembras con unos trajes, mantillas, sombreros, etc. y ambos con unas caras de circunstancias, llantos, etc...!!!
Y como todo en esta vida, los hay pudientes y los hay pobres. Pues estos días, para estar por el centro y tomar algo de comer y beber hay que ser pudiente. Y para ver las procesiones desde sitios buenos, también hay que ser pudiente. Y para participar en alguna cofradía como costalero, nazareno, etc... por lo visto se está poniendo también para pudientes (unos 300 euros según localia).
Pero lo que yo más veo estos días en el centro es falsedad, muchos "capillitas", que son los frikis de la semana santa, haciendo teatro, y una institución aprovechándose de todo eso..., pero eso es otro tema!

Ah, que se me olvidaba, mientras yo en Sevilla esperando que Angela se ponga de parto, ya que cumple el 25, y Marta salga al mundo real. Por suerte Angela vive lejos del centro, y entre cervecita y paseito va pasando la semana de maravilla.